viernes, 30 de julio de 2010

Extracto de Desapariciones

7.

Está solo. Y desde el instante en que empieza a

respirar,

no está en ningún sitio. Muerte plural, nacida

en las mandíbulas de lo singular,

y la palabra que construiría un muro
a partir de la piedra más interna
de la vida.

Por cada cosa de la que habla
él no es,

y a pesar de sí mismo,
dice yo, como si también él empezara
a vivir en todos los otros

que no son. Pues la ciudad es monstruosa,

y no hay en la boca
fugas
que no devoren la palabra
de uno mismo.


Por lo tanto, están esos muchos,
y están
todas esas vidas talladas
en las piedras de un muro,


y aquel que fuera a respirar
aprenderá
que no hay más destino
que éste.


Por lo tanto, empieza de nuevo

como si fuera la última vez
que respirase.

Pues no hay más tiempo. Y lo que empieza

es el final del tiempo.

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