sábado, 25 de febrero de 2012

Mientras ustedes duermen


Si ustedes supieran qué diferente está esta noche. Son las tres de la madrugada, tengo uno de mis insomnios. Bebí una taza de café, ya que en realidad no iba a dormir. Le puse demasiada azúcar y el café quedó horrible. Oigo el ruido de las olas del mar rompiéndose en la playa. Esta noche está diferente porque, mientras duermen, estoy conversando con ustedes. Interrumpo, voy a la terraza, miro la calle y la franja de playa y el mar. Está oscuro, tan oscuro. Pienso en personas que me gustan: todas están durmiendo o divirtiéndose. Es posible que algunas estén tomando whisky. Mi café entonces se transforma en más dulzón aun, en más imposible aun. Y la oscuridad se vuelve mayor. Estoy cayendo en una tristeza sin dolor. No es malo. Forma parte. Mañana probablemente tendré alguna alegría, también sin grandes éxtasis, sólo alegría, y eso tampoco es malo. Sí, pero no me está gustando mucho este pacto con la mediocridad de vivir.

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