viernes, 4 de junio de 2010

Constantine

» Este nuevo sentimiento no me ha modificado, no me ha deslumbrado ni me ha hecho feliz como esperaba; como en el amor paternal no ha habido sorpresa ni arrebatamiento... No sé si esto es fe o no es fe. No sé lo que es. Pero sí sé que este sentimiento, de un modo imperceptible, ha penetrado en mi alma con el sufrimiento y ha arraigado en ella firmemente.

»Me sentiré irritado como antes contra Iván, el cochero, seguiré discutiendo lo mismo, expresaré inadecuadamente mis pensamientos, continuará levantándose un muro entre el santuario de mi alma y los demás, incluso entre mi espíritu y el de mi mujer, seguiré culpándola de mis sobresaltos para luego arrepentirme de ello; mi razón no comprenderá por qué rezo y sin embargo seguiré rezando... Todo como antes...

» Pero a partir de hoy mi vida, toda mi vida, independientemente de lo que pueda pasar, no será ya irrazonable, no carecerá de sentido como hasta ahora, sino que en todos y en cada uno de sus momentos poseerá el sentido indudable del bien, que yo soy dueño de infundir en ella.»

No hay comentarios: