trepar por fin su intensidad
y borrar de mis pies estas calles de angustiantes aguas.
Ausente,
Espero.
Siluetas amenazantes caen como lluvia sobre el cemento,
coquetean con la hambrunay preñan el parvo paraje con el fruto de la agonía.
-Mas no quiero saborear.-
Como de mis manos,
desmenuzo dedos y uñas
para mis labios teñidos de negro amargo.
Es la dieta de la noche
La noche críptica
La noche del erebo
La noche eterna y trizada
La noche que no es noche.
Me limito a observar el delirio de sus vigilias
No hay sombras sin luz
Pero ahí están,
vistas dislocadas anunciando el desarme del cielo.
Sus estruendos preparan la tempestad:
cada celestial y puntiagudo cristal
caerá sobre mis hombros desgarrando la piel,
pero en ese mismo instante,
cuando hueso y polvo hiervan
seré luz, luna
arteria y pálpito.
Sangraré la indecisión y las ganas empañadas,
lloraré la toxicidad de mis ojos,
y tras cada gota,
rondarán las agoreras siluetas
vomitando la estadía perpetua.
Vil ofrecimiento, callaré.
Pues, cuando piensen que he desistido y me sientan acabado:
No, gracias, diré.
No soy de aquí,
Yo me voy con el viento.
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